Un número de veces al día igual a su Anillo de Aire, el portador puede activar la magia del Velo gastando un Punto de Vacío. Una vez activado, el efecto dura un número de minutos igual al Anillo de Aire del portador. Durante ese tiempo, aparecerá ante un observador como la persona que más espera ver en ese lugar concreto. Por ejemplo, un samurái que entre en su alcoba y encuentre a un espía Escorpión llevando el Velo mientras está activado, verá en su lugar a su esposa, a un sirviente o a cualquier otra persona que razonablemente esperaría encontrar allí. El portador se dará cuenta al instante de a quién cree ver el observador. La magia del Velo es lo bastante poderosa como para evitar las duplicaciones -los kami del Aire imbuidos en él saben que eso "estropearía la diversión"-, de modo que en el ejemplo anterior, el samurái no encontraría dos copias del mismo sirviente, una real y otra ilusoria. El Velo crea una ilusión a gran escala que afecta a todos los sentidos del observador, y es casi invariablemente una ilusión creíble; "casi invariablemente" porque aún es posible que se den situaciones concretas en las que ninguna persona, independientemente de su identidad, estaría razonablemente presente en un lugar. El Velo tampoco confiere invisibilidad, por lo que su magia no es perfecta. Sin embargo, un DJ debe permitir cierta latitud en lo que un observador consideraría "razonable".
La ilusión creada por el Velo suele fallar si el portador emprende una acción abiertamente hostil contra un observador, pero se rumorea entre los Escorpión que algunas versiones del Velo pueden incluso seguir funcionando en este caso extremo, lo que las convierte en poderosos instrumentos para implicar a personas inocentes en crímenes atroces. La ilusión también sobrevive a la inconsciencia o a la muerte del portador, pero siempre se desvanecerá cuando haya transcurrido el tiempo de duración.
Si hay varios observadores, los espíritus del Aire del Velo elegirán un objetivo entre ellos en cuanto el portador aparezca a la vista; la persona "razonable" de la ilusión vendrá determinada por las expectativas de este individuo y todos los demás presentes también verán a esta persona. En el ejemplo anterior, los criados del samurái que le acompañan a su alcoba también verán a su esposa o a su criado, cualquiera de ellos.