Elendar llegó a Eregrimmar hace tan solo 30 años y decidió montar aquí su negocio, la posada Paz dumontesa, donde acoge a todo viajero, que se lo pueda permitir, para descansar en sus elegantes habitaciones. El salón exhibe diferentes trofeos adquiridos por el caprichoso Elendar, que presume de ellos con sus clientes y amigos.