La casa Olasha es una de las casas nobles más poderosas de Zaselsan, pero también una de las más enfrentadas al rey Faselin y la estirpe real, cuya corona ambicionan desde hace siglos. Sus miembros son famosos por ser poderosos magos y hechiceros especializados en la demonología e integrarla en prácticamente todos los aspectos de su vida. Entre sus filas se puede encontrar devotos siervos de los Planos Inferiores, diablos de todo tipo y un enorme abanico de híbridos semi-infernales que potencia la ya de por sí extraordinaria capacidad arcana de los Olasha.
Este conocimiento tan extenso sobre los Planos Inferiores y sus señores infernales se debe a la herencia del Peregrino Szecxia, quien fuera anteriormente dueño y señor de los primeros Olasha, destacado diabolista y creador de la Urbe de los Espejos, quien dejó todo su vasto entendimiento a su mayordomo, Xolaneth Olasha, antes de partir de Voldor. El archimago Xolaneth, que pese a sus más de mil doscientos años de edad aún desempeña el papel de líder de la casa, se ha encargado de transmitir sus impíos conocimientos a su extensa estirpe de descendientes. Pese a las inclinaciones malvadas de la mayoría de sus descendientes, muy pocos se atreven a desafiar su liderazgo, pues tras tantos años muchos lo han intentado y todos han fracasado, viendo sus almas sumidas en la agonía eterna de los círculos infernales.
Los Olasha poseen una amplia cantidad de palacios, fortalezas y ciudades tanto en Kymelin y Zaselsan como en sus alrededores, así como en algunas regiones de Vajra. Poseen también una impresionante fuerza de trabajo, pues a los miles de plebeyos Bastarre que rinden vasallaje a la casa hay que añadir una cantidad incontable de esclavos de todas las razas que poseen sus líderes, ya sean los descendientes de los esclavos de los Peregrinos o capturados recientemente durante sus incursiones. Aunque no están especializados en la tecnología del xion o en los antiguos dispositivos de los Peregrinos, como sí hacen otras casas Bastarre, sus bóvedas están llenas de antiguos vestigios tecnológicos y manuales que los miembros de la casa han almacenado a lo largo de los años. Muchos de ellos son integrados en sus rituales de desplazamiento planar o de invocación para reforzar sus capacidades arcanas, pero los demás son utilizados como moneda de cambio con otras casas élficas, o incluso para sobornar a miembros de otras naciones, dispuestos a ser espías a cambio del conocimiento antiguo.
Si algo han aprendido los nobles de la casa de los infernales con los que negocian es a tentar y corromper a los débiles de voluntad. Utilizando una combinación de encantamientos arcanos, dulces mentiras y riquezas de todo tipo, los Olasha han logrado tejer una red de aliados y espías por todo Voldor que les permite estar al tanto de los cambios que tienen lugar fuera de su territorio y tratar de manipularlos en beneficio propio. Además, gracias a sus diplomáticos, se han labrado en algunas de las cortes más importantes una fachada de casa honorable y respetuosa, fervorosa del conocimiento y cortés, que facilita sus conspiraciones y subterfugios.