Estas criaturas, extrañas y hermosas a su manera, pasan por ser los más nobles individuos de entre todas las razas y especies alumbradas en los albores xiónicos, cuando las matrices de energía comenzaran a funcionar en los entonces prados azulados de la desaparecida Kälbäcär, antes de la Lid del Albugíneo, que viera despertar por vez primera a Xeinoth.
Son los quelonios seres beatíficos, de carácter rocoso empero noble y dadivoso, mas fieles compañeros y luchadores incansables. Destaca su caparazón, duro como el pedernal, a menudo erizado de púas o adornado con cachivaches, talismanes y emblemas de batalla. Muchos también disponen de un peto natural ventral y placas óseas superficiales en antebrazos y pantorrillas. Los quelonios son excelentes nadadores y se desenvuelven casi mejor bajo el agua que en tierra firme, pudiendo aguantar la respiración por largos periodos de tiempo. Bajo su caparazón disponen de vejigas en las que conservan reservas de aire y otros líquidos, como pociones, para consumirlas al instante. Dada su longevidad, esta raza destaca por su sabiduría y conocimiento, pues algunos de sus miembros han vivido durante generaciones y recuerdan algunos de los más renombrados sucesos de antaño. Tal vez por ello también son serenos y contemplativos, muchos de ellos convirtiéndose en monjes o clérigos.
Hoy día, los quelonios solo pueden encontrarse en el interior de Nechizar, aliados frecuentes de los chameleons. Los aventureros quelonios suelen ser clérigos, exploradores o monjes.
• Nombres de mujer: Ieszokhar, Kanashkar, Shokhirezax.
• Nombres de varón: Rolsuchakh, Arrohikh, Hakzalzoxh.