Una
extensión de 100 hectáreas ocupada por casi 120 géiseres de cono
que expulsan con regularidad agua hirviendo capaz de disolver un
cuerpo humano. Pese a su peligro, esta es una zona de reputada
belleza ya que los minerales tiñen de azul, verde, naranja, rojo,
amarillo y púrpura el agua cristalina que aflora a la superficie.
