Sin lugar a duda la miembro más polémica del Saenadan es Garu Gasau, la antigua líder de la compañía mercenaria Los Vástagos de la Reina Astada. Su larga tradición segando la vida de sus enemigos y asaltando fortificaciones junto a sus hombres impresionó a Ivor Nictroi hasta el punto de ofrecerle un asiento en el Saenadan para que coordinase a todas las compañías mercenarias contratadas para la guerra. A cambio, tuvo que realizarse un indulto que anulaba todos los crímenes cometidos por ella y sus hombres en el pasado.
Su reputación como cruel mercenaria es eclipsada por el miedo que infunde en muchos su aspecto, pues la sangre de los demonios corre por sus venas. Su ascendencia tiefling se manifiesta en dos grandes cuernos que nacen de su frente y unos fieros ojos felinos.
Esta veterana mercenaria de casi cincuenta años y seis pies de altura suele ir equipada con una elegante armadura de placas cubierta de marcas de batalla. Su agresivo rostro muestra unos grandes cuernos y unos ojos dorados. Porta un enorme mandoble al que llama «Robasangres», un regalo del propio Ivor Nictroi, que esgrime con una velocidad sorprendente.