Kanka is built by just the two of us. Support our quest and enjoy an ad-free experience — for less than the cost of a fancy coffee. Subscribe now.

La sociedad de los Peregrinos se extendió bajo la superficie de todo Voldor. Durante miles de años excavaron la tierra, creando cientos de asentamientos, pueblos y ciudades, desperdigados de norte a sur y de este a oeste. Estas urbes prosperaron, alimentadas por la Urdimbre Espejada y la asombrosa tecnología de los Peregrinos. Pero comunicar y abastecer el enorme imperio subterráneo precisaba de infraestructuras adecuadas y de una organización eficiente. A la sazón, se construyeron canales navegables que comunicaban cada ciudad del mundo interior. Para proveerlos de agua, se practicaron enormes trasvases mediante acueductos, de entre los cuales el de Xerecron es el más relevante, aunque hay otros, la mayoría ocultos. El agua servía para alimentar las colonias al tiempo que era procesada en enormes instalaciones para cosechar la sal. También existían elevadores de esclusas, accionados por maquinaria pesada cuyo combustible era xion puro. Los Peregrinos usaban estos elevadores para salvar las diferencias de nivel en determinados puntos del continente, permitiendo a sus navíos y sumergibles alcanzar el mar.

Había otros complejos artefactos en la red de canales, como acumuladores de energía que provocaban corrientes para impulsar los navíos o equipo para equilibrar la cantidad de agua en los canales y derivar los excesos fuera del sistema. Los Peregrinos usaban galeras o galeazas para navegar por los canales, muchas de ellas provistas de motores de xion (las galeazas más pesadas, normalmente) o bien se aprovechaban de la corriente de impulsión artificial presente en alguno de los canales importantes. Cuando el xion comenzó a escasear, se recurrió a galeras con remeros, bien para ahorrar en mineral, bien para castigar a los esclavos levantiscos.

Hoy día, aunque el sistema de canales ha sufrido daños y los artefactos que aseguraban su viabilidad dejaron de funcionar hace eones, es posible navegar por buena parte de ellos. Todo aquel que se lanza a surcar los canales emplea alguna de las viejas galeras de remos de los Peregrinos o sus propias embarcaciones construidas para la ocasión, como jangadas, esquifes, góndolas o barcas de muy diverso tipo. Se dice que aún quedan algunas de las más formidables galeazas de los Peregrinos impulsadas con xion en posesión de los elfos o en puntos olvidados de la red subterránea. También funcionan unos pocos elevadores de esclusas, como el de Nechizar. Y seguro que los exploradores encontrarán muchas otras maravillas antiguas en las ruinas de la civilización de la raza de las estrellas.