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Datos generales

Ciudad grande: 25 700 habitantes (70 % mida, 11 % medianos ribereños, 8 % humanos, 6 % gnomos, 3 % felínidos, 2 % otros).
Límite de dinero: 25 000 po.
Guardias: 310 guardias a tiempo completo.
Autoridad: Prefecto de Kiro, delegados de la corte imperial.
Religiones mayoritarias: Culto imperial a los ancestros.
Producción principal: Telas, licores, herramientas, productos alquímicos, fruta.

La prefectura de Kiro, una de las primeras en ser constituida, hace ya siglos, abarca las tierras más orientales del Imperio Mida, con la ciudad de Kiro como capital y centro de gobierno. El cargo de prefecto de Kiro es uno de los más ambicionados en la corte de Nakuro, pues, aunque es otorgado por la corte imperial y depende directamente de la voluntad del emperador, cuenta con gran autonomía a la hora de gestionar las tierras y recursos bajo su encomienda, que son los más grandes del imperio. Su cercanía con la ruta de Azur, que recorre el linde de su frontera oriental, le ha brindado riquezas y prosperidad, ya que sirve como entrada de toda clase de exóticas mercancías desde la ciudad de Azur. Los mayores comerciantes mida residen en Kiro y han emplazado sus almacenes y puestos de comercio en pueblos fronterizos, haciéndolos crecer con cada caravana que acude a ellos.

Historia

Levantada como una pequeña ciudad en la que se asentaron un grupo de familias que preferían mantenerse alejadas de la corte imperial por discrepancias políticas, la localización tan provechosa de Kiro ha provocado que la ciudad no haya dejado de crecer en los siglos pasados desde su fundación. El Alto Kiro, como llaman los habitantes de la ciudad al casco antiguo, se compone de medio centenar de árboles phraramah que se elevan cientos de pies sobre el suelo y cuyos troncos son tan gruesos que se necesitan decenas de midas para rodearlos. En las ramas más altas se encuentran los edificios más emblemáticos, como el Palacio de la Prefectura y el Santuario de los Ancestros de Kiro. Los jardines que penden de las pasarelas que unen los phraramah, llenos de flores exóticas y arte mida, no tienen nada que envidiar a los jardines colgantes de Nakuro. Es en esta zona de la ciudad donde los comerciantes más ricos y los artesanos más reputados tienen sus residencias.

Con la llegada de nuevas oleadas de habitantes, se plantaron decenas de árboles phraramah en forma de anillos alrededor de Alto Kiro para sustentar los alojamientos de los recién llegados. Debido al lento crecimiento de estos árboles, cada nuevo anillo vegetal ha alcanzado apenas varias decenas de pies de altura. Esta peculiar forma de edificar hace que, vista desde lejos, Kiro parezca una enorme pirámide esmeralda. Entrelazando las ramas de los árboles mediante sogas y agarres, los habitantes aprovechan estas uniones para disponer mercados, plazas y zonas de ocio.

En el extrarradio de la ciudad (las ramas bajas de los árboles), donde fueron asentándose más y más extranjeros, como medianos y humanos, se tallaron los robustos troncos para dotarlos de escaleras que permitieran ascender a las razas no habituadas a trepar. Con el paso de generaciones, más y más edificaciones se levantaron junto a las raíces de los phraramah de Kiro, dando lugar a un barrio entero a ras de suelo, donde medianos y gnomos viven más cómodos, y que conectan con la zona alta de Kiro mediante enormes escaleras alrededor de los árboles. Algunos mida elitistas no tienen reparos en decir que el Bajo Kiro es un lugar de segunda categoría. Sin embargo, es aquí, aprovechando el espacio del suelo, donde muchos humanos, medianos y gnomos han edificado enormes residencias, casi palacetes, mucho más holgadas que las hacinadas casas de las ramas superiores.

En la ciudad se da una exigua explotación de materias primas, como comida y madera, que se venden a las caravanas que parten de Kiro a recorrer la ruta de Azur. No obstante, al carecer de productores suficientes, el principal sustento de la ciudad es el comercio. Desde la lejana Azur se traen toda clase de mercancías exóticas y valiosas que después se distribuyen por el resto del Imperio Mida.

El otro gran negocio es la magia, que también ha llenado muchos bolsillos en esta región. La Escuela de Arcanomantes Imperiales de Kiro es uno de los grupos arcanos más prestigiosos del continente; hay gobernantes que viajan hasta la ciudad solo para solicitar sus servicios. Asimismo, es posible encontrar productos alquímicos y pergaminos de conjuros en los grandes mercados de la zona alta de la urbe, y son muchos los aventureros y exploradores que acuden a la ciudad a vender sus descubrimientos para poder pagar caprichos en los salones y tabernas de Kiro.

Este continuo tránsito de viajeros, así como la presencia de los mercaderes más ricos del imperio, han hecho del ocio y el placer uno de los grandes atractivos de la prefectura. Las tabernas y las casas de té se cuentan por centenares, y toda clase de licores y otros vicios pueden encontrarse en exclusivos salones privados. Pero la actividad emblemática de Kiro es el nak-han, el deporte de moda en esta parte del Imperio Mida. El nak-han es un enfrentamiento en lo alto de las ramas entre equipos de tres acróbatas que tratan de  arrebatar a sus rivales los pañuelos de colores que se cuelgan de la cola mientras protegen los suyos. Este deporte, que comenzó como un método de enseñanza en los templos mida, es el pasatiempo favorito del prefecto Shoyang, por lo que muchos jóvenes tratan de alcanzar la fama y la gloria en el campo de juego. Como es obvio, las apuestas y las grandes fiestas se han vuelto imprescindibles en el ambiente que rodea al nak-han.

Palacio de la Prefectura de Kiro

Emplazado en las ramas superiores de uno de los primeros árboles phraramah de Kiro, el palacio en el que habita el prefecto Shoyang es una auténtica obra de arquitectura. Es una residencia de tres plantas, construida íntegramente en madera, que parece fusionarse con la naturaleza que lo rodea. Un cuidado jardín con un gran estanque da la bienvenida a los invitados y sus salas están adornadas con ricas obras de arte y preciosas piezas de joyería. Todo el lugar es una oda a la riqueza propia de Kiro.

Coliseo Imperial de Nak-han

La pista de juego de este deporte se compone de un entramado de ramas y lianas en lo alto de un robusto phraramah, cerca del Palacio de la Prefectura. Bajo él, distribuidos en círculo, decenas de bancos permiten a medio millar de espectadores observar el desarrollo del enfrentamiento. La construcción de este lugar por parte del prefecto Shoyang ha supuesto un gran coste a las arcas de la prefectura, pues ha sido necesario adquirir los  servicios de los arcanomantes imperiales para contar con un entorno de supresión mágica que garantice el juego limpio y evite el uso de magia para alterar los resultados.

Gran Explanada de la Moneda

Junto a las raíces de los árboles que forman el núcleo urbano se halla una enorme explanada de piedra que se ha convertido en el centro de negocios de Kiro. Esta plaza circular, de cientos de pies de diámetro, es el lugar en el que a diario se exponen y subastan a voz en grito las mercancías llegadas desde Azur. Abarrotado de gente y cargamentos, en él son muy comunes los hurtos y los enfrentamientos verbales entre mercaderes.

Escuela de Arcanomantes Imperiales de Kiro

Este lugar, situado a las afueras de la ciudad y compuesto de varios edificios rodeados de una verja de hierro constantemente vigilada, es la morada de los arcanomantes de Kiro. Entre sus paredes se realizan toda clase de experimentos con el conocimiento arcano y la alquimia y tienen lugar las clases en las que se educa a la futura generación de usuarios de la magia. Algunos desconfiados de la magia llaman a este lugar la Tercera Escuela, en alusión a que los dos anteriores enclaves fueron arrasados por el descontrol de algún artefacto, pero la versión oficial es que los traspasos se han debido a la necesidad de mayor espacio para acoger a nuevos miembros. 

Observatorio de Madahon

Llamado así en honor de uno de los más prestigiosos estudiosos celestes del Imperio Mida, el observatorio de Madahon es un esbelto edificio situado en las afueras dedicado al estudio de la bóveda celeste. Decenas de eruditos acuden anualmente a este lugar para contemplar los movimientos astrales y compartir teorías. En la actualidad, el observatorio no está al cargo de nadie, pues el antiguo encargado, el maestro observador Rakai, se encuentra en prisión acusado de pertenecer a la Cábala de la Armonía Celeste.

Sauce Invernal

Una de las localizaciones emblemáticas de la prefectura de Kiro es la villa de Sauce Invernal, un pequeño pueblo situado en el interior de la jungla que, desde la distancia, no llama especialmente la atención. Sin embargo, quienes se adentran en sus calles pavimentadas y sus edificios bajos no tardan endarse cuenta de lo peculiar de sus habitantes, pues son en su mayoría fatas y seres del bosque: dríades, faunos, duendes… Expulsados de la corte de su antiguo rey y condenados al exilio, ahora viven en el interior de la prefectura de Kiro.

La mayoría de habitantes de Sauce Invernal son fatas que no están acostumbradas a la guerra y que llevan vidas relajadas y tranquilas disfrutando de los dones de la naturaleza. Aquellos que no tienen lugar en la sociedad mida, como los malditos por licantropía, han encontrado en Sauce Invernal un reducto de paz y comprensión donde poder empezar una vida de nuevo. No obstante, aunque puede parecer un lugar idílico y pacífico, las personas que han acudido con intenciones hostiles o que han hecho enfurecer a alguno de sus habitantes han encontrado una muerte horrible entre espinos y zarzas.