Aldea: 547 habitantes (69 % centauros, 14 % humanos, 12 % fórmigos, 4 % medianos, 1 % otros).
Límite de dinero: 3000 po.
Guardias: 86 guardias a tiempo completo.
Autoridad: Leander (líder del clan Umar), Eilomnus (capitán de la guardia).
Religiones mayoritarias: Iglesia de Eurana, Cofradía de Erekar, Orden de Praxis, Principio Rector mida, Iglesia de Ahuraz.

Geografía, cultura e historia

Al sur de la Fronda de Centauria, más allá de la linde del bosque, existe un asentamiento centauro llamado Eskeftes. El nombre es una palabra del dialecto quirón que significa «extraño», un mote dado a los miembros del clan Umar por su obsesión con los artefactos de los Peregrinos, en cuyo estudio se han volcado en detrimento de las viejas costumbres de los de su especie. Estos, lejos de renegar de este apodo, lo han aceptado como una distinción, llamando así a la aldea en clara rebeldía respecto a sus hermanos.

El asentamiento se ha establecido en las ruinas de un observatorio de los Peregrinos. Los centauros, con ayuda de trabajadores fórmigos, han restaurado y construido rampas con las que poder acceder a los distintos niveles. A simple vista, puede parecer pequeño, no más que un puñado de edificios de varias plantas remodelados con una enorme cúpula en el centro del complejo; pero, como sucede con las construcciones de los Peregrinos, lo que se oculta bajo tierra es mucho más extenso, ya que los Peregrinos construían la casa por el tejado.

En los edificios de la superficie, los viajeros pueden descansar y alimentarse en un par de tabernas y hasta pasar la noche en El Albergue del Peregrino. Es aquí donde los guerreros del clan tienen sus barracones. La Cofradía de Erekar paga buenas recompensas por cualquier artefacto o utensilio perteneciente a los Peregrinos en la cúpula central, donde puede encontrarse aventureros de todo tipo en busca de encargos para la organización.

Además, en el taller del artesano Quidemes, un centauro anciano versado en el estudio de la raza de las estrellas, es posible adquirir a buen precio algunos de sus artefactos. La mayoría son confeccionados mediante ingeniería inversa, tales como cristales de luz que brillan como una antorcha o creadores de llama para sustituir a la yesca y pedernal. La mayor parte se encuentra aún en fase de pruebas, de ahí su buen precio, y, dado que muy pocos han acabado explotando, se trata de toda una ganga.

En los niveles inferiores de Eskeftes se encuentran los dormitorios y salas multidisciplinares, donde tienen lugar reuniones y asambleas de los habitantes de la aldea. Los siguientes niveles albergan los comedores, cocinas y almacenes. Aquí, todos los que contribuyen al florecimiento de la aldea y colaboran con las tareas de catalogación, limpieza y exploración tienen derecho a recibir sustento. En los siguientes niveles se encuentran distintas salas que datan de la época en la que los Peregrinos aún caminaban por Voldor, permanentemente iluminadas por un complejo sistema de cristales y espejos que captan la luz de la superficie y la almacenan para utilizarla por la noche. Miembros de la Cofradía de Erekar y centauros del clan Umar estudian las escrituras y murales de las paredes y techos tratando de desentrañar los secretos de la raza de las estrellas.

Los últimos niveles aún no han sido estudiados, ya que los eskeftes se toman su trabajo con una calma y minuciosidad pasmosa. Está terminantemente prohibido adentrarse en ellos sin la supervisión de un guía experimentado, ya que algunos curiosos no han vuelto de sus expediciones. Los más jóvenes del asentamiento dicen que en lo más profundo se encuentra un acceso a Vajra, un gran tesoro lleno de artefactos mágicos de los Peregrinos o ambas cosas.

Los eskeftes son un grupo cada vez más amplio al resultar atrayente para sus congéneres más jóvenes, que, hartos de seguir las estrictas tradiciones que rigen cada ámbito de la vida, a menudo abandonan su clan de origen y terminan uniéndose al de Umar. El asentamiento es, por tanto, mucho más aperturista que el resto de clanes de centauros, aceptando todo tipo de razas con las que pueden convivir e investigar los antiguos secretos de los Peregrinos. Es por ello por lo que la Cofradía de Erekar tiene un importante destacamento de exploradores e investigadores en Eskeftes, donde almacenan y catalogan los hallazgos que encuentran en las llanuras de Sananda. Su dirigente es un centauro llamado Leander, que es además el líder del clan Umar y dirigente de la aldea. Siempre lleva encima varios utensilios de los Peregrinos y no tiene reparos en utilizarlos para atraer la atención de curiosos e interesados en la Cofradía.

La seguridad del asentamiento corre a cargo de los guerreros del clan Umar, liderados por Eilomnus, un poderoso centauro de modales exquisitos y mirada comprensiva. Los guerreros del clan tratan de imitar a su líder en todo, sin olvidar que su deber es mantener el orden de Eskeftes. Así, aunque se muestren pacíficos en la mayoría de los conflictos, no dudan en acompañar sus instrucciones con pesados golpes de sus garrotes si se produce un altercado. Patrullan en parejas por el perímetro, portando siempre cuernos para dar la alarma en caso de ataque. Y es que últimamente el asentamiento ha recibido acometidas de las fatas corruptas del Enfer, en la Fronda de Centauria, las cuales culpan al clan Umar del mal que aqueja a la parte sur de la Fronda. Los ataques han venido también acompañados de acusaciones por parte de los demás clanes y, aunque no se ha realizado ninguna acción contra los eskeftes, en el último solsticio pudo escucharse la propuesta de expulsarlos de Oredanes.