En la selva, a mitad de camino entre Kogo y Sarmapalín hay una enorme colina que sobresale por encima de los gigantescos árboles. La roca encima de la colina está tallada artificialmente asemejándose a una silla o trono que dicen, perteneció a El Peregrino y fue donde se sentó a descansar cuando terminó de crear Voldor.