Los yuan-tis son taimadas personas serpiente, carentes de compasión. Desde remotos templos de junglas, pantanos y desiertos, planean suplantar y dominar al resto de razas para convertirse en dioses.

Tiempo ha, los yuan-tis eran humanos que vivían en los albores de la civilización, donde adoraban a las serpientes como animal totémico. Alababan la flexibilidad sinuosa de estas bestias, su calculada compostura y su ataque letal. Su avanzada filosofía les enseñó la virtud del pensamiento claro y centrado y la desconexión de las emociones.

Su cultura estaba entre las más ricas del mundo mortal. Sus guerreros eran legendarios, sus imperios siempre se encontraban en expansión. Los templos de los yuan-tis se situaban en el centro de sus metrópolis, erigiéndose cada vez más altos y llevando sus plegarias hasta los dioses. Con el tiempo, Zehir oyó las oraciones y respondió con su voz sibilantes desde la oscuridad para decir a los yuan-tis lo que debían hacer. Los yuan-tis se volvieron fanáticos religiosos. Algunas sectas se dedicaron a la adoración de la diosa serpiente e imitaron sus preceptos, permitiendo el canibalismo y el sacrificio humano. A través de infames sortilegios, los yuan-tis se aparearon con las serpientes, de modo que sacrificaron su humanidad para adoptar la forma de los dioses serpiente, así como su pensamiento y emociones.