Los merrows acechan en las zonas costeras, alimentándose de pescadores, sirénidos y cualquier otra criatura comestible que se cruce en su camino. Estos monstruos salvajes capturan y devoran a presas incautas, llevándose sus cadáveres ahogados a sus grutas submarinas, en las que se alimentan.
Hace mucho tiempo, una tribu de sirénidos encontró un ídolo de Demogorgon en el fondo del mar. Sin ser conscientes de lo que era, llevaron el artefacto ante su rey. Todos aquellos que tocaron el ídolo enloquecieron. Una de las víctimas fue el propio rey, que ordenó realizar un sacrificio ritual para así abrir un portal al Abismo. El océano se volvió rojo con la sangre de los sirénidos asesinados, pero el ritual funcionó, y el rey lideró a los supervivientes a través del portal subterráneo y llegaron por fin a la capa del Abismo en la que Demogorgon gobierna. Estos sirénidos vivieron allí durante generaciones, mientras luchaban por sus vidas mientras el Abismo los transformaba por completo en monstruosidades corpulentas y malvadas. Así fue como nacieron los primeros merrows.
Cuando se presenta la ocasión, el Príncipe de los Demonios envía a sus merrows de vuelta al Plano Material para sembrar el caos en los océanos. Estos seres se comportan como matones, atacando a todas las criaturas más pequeñas y débiles que ellos. Los merrows moran en cuevas subterráneas llenas a rebosar de tesoros y trofeos, que estos seres han arrebatado a sus víctimas y han robado de barcos hundidos. Atan los cuerpos de enemigos derrotados y marineros ahogados, todavía en proceso de descomposición, a matas de algas para marcar los límites de su territorio.