Un ojo siniestro observa desde la oscuridad. Su mirada insinúa una inteligencia incomprensible y una maldad perturbadora. La mayoría de las veces los nóticos se contentan con mirar, valorando a las criaturas con las que se encuentran. Cuando se deciden a recurrir a la violencia, emplean su terrible mirada para pudrir la carne de sus enemigos.

En vez de alcanzar el estatus de divinidad con el que soñaban, algunos magos que dedicaron su vida a la búsqueda de secretos arcanos acaban convertidos en monstruos insidiosos y atormentados. La causa de esta transformación es una oscura maldición obra de Vecna, un poderoso liche que trascendó su existencia como muerto viviente para convertirse en el dios de los secretos. Los nóticos no recuerdan nada de su anterior vida. Acechan entre las sombras y merodean en lugares en los que abunda el conocimiento mágico, atraídos por recuerdos e impulsos que no son capaces de entender.

Los nóticos poseen una extraña intuición mágica, que les permite extraer el conocimiento de otras criaturas. Esto les dota de una comprensión única de saberes secretos y prohibidos, que aceptan compartir a cambio de un precio. Los nóticos ansían objetos mágicos, por lo que aceptarán estos regalos de aquellas criaturas que buscan sus conocimientos.

Los nóticos son famosos por su tendencia a infiltrarse en academias de lo arcano y otros lugares en los que se enseña la práctica de la magia. Les mueve una vaga esperanza de que quizá exista alguna forma de volver a su estado original. Aunque tampoco puede decirse que tengan un propósito claro y definido. Se trata más bien de un leve tirón en un rincón de sus mentes. Ciertos nóticos son lo bastante astutos como para darse cuenta de que esta sensación no es sino parte de las consecuencias de su estupidez; una esperanza falsa que les lleva a buscar aún más secretos arcanos.