Los fantasmas son almas de criaturas que antes estuvieron vivas, pero que se encuentran atadas a algún lugar, criatura u objeto que tuviera importancia en su vida pasada.

Los fantasmas ansían completar una tarea que dejaron sin acabar cuando estaban vivos. Podrían querer vengar su muerte, cumplir algún juramento o entregar cierto mensaje a un ser querido. Es posible que no se den cuenta de que han muerto y continúen con su rutina diaria como si nada. Otros, en cambio, actúan por maldad o venganza, como, por ejemplo, un fantasma que se niegue a pasar a la otra vida hasta que todos los miembros de una familia u organización hayan muerto.

La manera más segura de librarse de un fantasma es lograr que resuelvan sus asuntos pendientes. Además, es más fácil destruir a un fantasma si se hace referencia a alguna debilidad relacionada con su vida pasada . Por ejemplo, el fantasma de una criatura torturada hasta la muerte podría ser exterminado por esos mismos medios de tortura. Del mismo modo, el fantasma de un jardinero podría debilitarse al verse expuesto a un intenso olor a flores.

Los lugares habitados por fantasmas emanan una tristeza profunda, soledad y deseos frustrados. Se escuchan sonidos extraños o silencios antinaturales, que crean un ambiente inquietante. Quizá haga frío en salas con fuegos que deberían calentarlas. Puede que un hedor asfixiante se filtre en la zona, que algunos objetos se muevan por su cuenta y que los cadáveres se alcen de sus tumbas. Pero el fantasma no tiene control alguno sobre esas manifestaciones, sino que, simplemente, ocurren.