Un grell se parece a un cerebro bulboso y flotante con un ancho pico afilado. Sus diez largos tentáculos están hechos de músculos anillados que se envainan en una piel fibrosa y dura. Las puntas de esos apéndices están cubiertas de afiladas púas que inyectan un veneno paralizador. Los grells pueden retraer parcialmente sus púas para manipular o utilizar objetos que no quieran atravesar o rasgar.

Estas criaturas no tienen ojos y flotan mediante el uso de la levitación. Sin embargo, poseen un oído agudo y su piel es sensible a las vibraciones y a los campos eléctricos, lo que les permite detectar la presencia de criaturas y objetos en sus inmediaciones. Su habilidad de manipular la electricidad para sentir y moverse también les proporciona la capacidad de absorber el rayo sin perjuicio.

Estas criaturas prefieren atacar a criaturas solas o perdidas. Para ello, se colocan silenciosamente cerca del techo de un pasillo o una caverna hasta que un objetivo potencial pase bajo ellas, momento en el que descienden rápidamente y lo abrazan con sus tentáculos. Después, flotan hasta su guarida cargando con la criatura paralizada en sus garras.