Las pesadillas aparecen rodeadas de una nube de humo, con su crin, cola y pezuñas envueltas en llamas. La espeluznante y oscura forma de estos seres se mueve con una velocidad sobrenatural, desapareciendo en una nube de azufre tan rápidamente como apareció.

Las pesadillas, también conocidas como "caballos demoníacos" o "caballos infernales", hacen las veces de monturas de las criaturas excepcionalmente malvadas, como demonios, diablos, liches, sagas de la noche y otros monstruos infames. Se parecen a un caballo infernal y sus ardientes ojos rojos dejan traslucir una inteligencia malévola.

Es posible invocar a una pesadilla desde los Planos Inferiores, pero, a menos que se le ofrezca un sacrificio digno en forma de alimento a su llegada, este ser no mostrará lealtad alguna a la criatura a la que debe servir.

Las pesadillas no aparecen de forma natural en el multiverso, sino que son creadas a partir de pegasos. El ritual que las da forma es horrible, pues durante el mismo es preciso arrancar tortuosamente las alas del pegaso, un acto que torna a la noble criatura en un ser maligno, transformado mediante magia oscura.