Los engendros vampíricos tienen el mismo aspecto que en vida, aunque sus rasgos se endurecen y parecen depredadores.

Un engendro vampírico está innatamente supeditado al vampiro que lo creó. Sólo pueden alcanzar el libre albedrío si su creador muere o si su creador les concede voluntariamente la libertad, pero una vez libre de su esclavitud un engendro no puede ser esclavizado de nuevo.

Los engendros suelen creerse superiores a otras criaturas vivientes o muertos vivientes, independientemente de su poder real.