Los demonios sapo, o hezrous, sirven de soldados rasos en las hordas demoníacas del Abismo. Aunque físicamente son poderosos, mentalmente son muy débiles, y es fácil que algunos demonios mayores consigan engañarlos para que se sacrifiquen. Mientras cargan contra el meollo de las fuerzas del enemigo, su fétido hedor hace enfermar incluso a los oponentes más duros.
A pesar de su pasión por la batalla, los hezrous no se oponen a la diplomacia, ni siquiera con los mortales, y pueden dedicarse al comercio cuando transportan cargamentos como esclavos. Los hezrous no son especialmente inteligentes, intuitivos ni mentalmente capaces, hecho que sus amos consideran una virtud, ya que maquinar no es su trabajo, pero eran capaces de organizar a sus subordinados. Por desgracia para los que están bajo su control, los hezrous siguen siendo demonios hasta la médula, por lo que maltratan incluso a los subordinados leales por diversión y, en general, tienen mal genio.