Un bardo, ya sea este un erudito, un escaldo o un bribón, es capaz de tejer magia a través de sus palabras y su música, inspirando a sus aliados, desmoralizando a sus enemigos, manipulando mentes, creando ilusiones e incluso sanando heridas.
Los bardos afirman que el multiverso nació del habla de los dioses, que sus palabras le dieron forma y que los ecos de estas Palabras de Creación primordiales aún resuenan a través del cosmos. La música de los bardos es un intento de atrapar y tomar el control de dichos ecos, tejiéndolos sutilmente en sus conjuros y poderes. La mayor fortaleza de los bardos es su increíble versatilidad. Muchos prefieren echarse a un lado durante el combate, recurriendo a su magia para inspirar a sus aliados y obstaculizar a sus enemigos desde la distancia. No obstante, los bardos también son capaces de defenderse en cuerpo a cuerpo si se da el caso, empleando su magia para potenciar sus espadas y armadura. Sus conjuros no suelen desencadenar fuerzas destructoras, sino que tienden a manifestarse como encantamientos e ilusiones. Poseen un amplio espectro de conocimientos sobre muchas disciplinas, así como un talento natural que les permite sobresalir en prácticamente todo lo que hacen. Los bardos acaban transformándose en auténticos maestros de las artes que deciden perfeccionar; desde la interpretación musical hasta conocimientos esotéricos.