Auril era una ciudad flotante de la Edad de la Magia. De esplendor inigualable, volaba suspendida en el cielo mediante magia avanzada. Sus torres brillantes se elevaban hacia las nubes y sus calles resplandecían con piedras encantadas, ofreciendo un espectáculo de belleza arquitectónica y luminosidad mística. Gobernada por un consejo de arcanistas, la ciudad era un epicentro para el estudio y la práctica de la magia, atrayendo a conjuradores de todos los rincones del mundo.
La academia de magia de Auril era renombrada por su vasta biblioteca de grimorios y una colección sin igual de artefactos mágicos. Los estudiantes y eruditos se dedicaban al aprendizaje y perfeccionamiento de sus habilidades en un entorno donde la magia permeaba todos los aspectos de la vida diaria. El comercio de componentes mágicos y artefactos raros florecía, con mercaderes negociando con tierras lejanas y otros planos de existencia, lo que enriquecía enormemente la ciudad.
A pesar de su riqueza y poder, Auril enfrentaba desafíos constantes. Era objetivo frecuente de ataques por parte de ciudades voladoras enemigas que codiciaban su tecnología y secretos. Internamente, conflictos entre facciones de magos y políticos que buscaban manipular los recursos mágicos de la ciudad para sus propios fines amenazaban su estabilidad. Este crisol de ambición y aprendizaje hacía de Auril no solo un lugar de maravilla, sino también un campo de batalla para aquellos en busca de poder y dominio. Todo, hasta su repentina desaparición.