Contemplar una marilith, o demonia serpiente, es una experiencia terrible. Poseen la parte inferior del cuerpo de una gran serpiente y el torso de una hembra humanoide con seis brazos.

Empuñan una terrible arma en cada una de sus seis manos, y son rivales devastadoras que pocos puede igualar en batalla. Estos Demonio poseen una mente aguda, con un sentido de la estrategia muy desarrollado. Son capaces de comandar y unir a otros Infraplanar en pos de una causa común. Las mariliths suelen verse capitaneando hordas demoníacas, abrazando cualquier oportunidad de lanzarse de cabeza a la batalla.

Sirven como brillantes estrategas de las hordas abisales, consejeras de la nobleza demoníaca y, en algunos casos, actúan como reinas demoníacas serpentinas. Las mariliths también tienen la rara habilidad de unir y coordinar las acciones de otros demonios, una tarea prácticamente imposible debido a su naturaleza caótica. Ya sea mediante la maestría disciplinaria o la supresión de sus instintos naturales, pueden predecir las acciones de lo legal a pesar de no comprenderlas realmente, con el fin de burlar a los Diablo.