Las Máquinas de Guerra Infernal son vehículos macabros construidos con hierro negro, acero baatoriano y otros materiales infernales, impulsados por motores de fragua alimentados con las almas de los condenados. Diseñadas para aplastar, arrasar y dominar, estas máquinas recorren el paisaje abrasado de Averno y otras capas de los Nueve Infiernos, dejando a su paso cicatrices ardientes y ecos de tormento eterno.
Su tamaño y propósito varían enormemente. Las Cabalgaduras Diabólicas, rápidas y letales, se desplazan sobre dos ruedas reforzadas con púas, utilizadas por exploradores o jinetes infernales. Los Atormentadores y Carroñeros son más grandes, capaces de transportar escuadras enteras de diablos y lanzar proyectiles de fuego vil. Algunos modelos, como las Picadoras de Demonios, portan afiladas cuchillas giratorias en su parte frontal y están diseñadas para abrirse paso por hordas enemigas, especialmente durante los enfrentamientos con los demonios del Abismo.
Por encima de todos estos destaca la categoría de las Fortalezas Volantes, colosales bastiones flotantes reforzados con runas de sometimiento y defensas antiplanares. Desde una de estas fortalezas, Azor gobernó Averno durante la Guerra de la Sangre, proyectando su voluntad sobre los campos de batalla y transportando legiones enteras a donde la guerra lo exigiera.