Le Ángel de Hielo es un deva caíde atrapado en el frío eterno de Estigia. De piel fría como el témpano, y alas rotas moteadas de ojos otorgados voluntariamente por sus aberrantes discípulos. Vive en un templo de hielo dentro del Abismo de las Cosas Encontradas dedicado a la Reina Cuervo, donde predica ante sus seguidores kuo-toa intentando rehacer su destino y luchar contra su propia corrupción. Custodia allí el Huso del Destino, reliquia de las antiguas moiras, convencide de que puede restaurar el equilibrio cuando se considere digno de volver a portarlo.
Antiguamente servía a la Reina Cuervo, pero fue fracturade entre dos mandatos: el deber de permitir que el destino siguiera su curso y el de juzgar su fin. En su búsqueda por reconciliar ambos propósitos, descendió a Estigia y allí perdió su razón, contaminade por las voces del hielo y atrapado por el Guardián de las Cosas Encontradas.
Aunque reniega de la Reina Cuervo, aún utiliza su poder, sus salmos y su lenguaje divino para intentar absolverse de los pecados que lo llevaron a abandonar Arcadia. En su fe quebrada, la devoción y la blasfemia son lo mismo, y cada palabra de su predicación roza el delirio, la penitencia y el odio a su Deidad, a quien ahora culpa por estar atrapado en el hielo.