Los que viajan por los páramos helados de Estigia, buscando un lugar donde descansar, pueden tener la mala suerte de tropezar con el Abismo de las Cosas Encontradas. Pueden creerse afortunados, pensando que han encontrado refugio del frío glacial. Pero se equivocan. Nadie encuentra el Abismo, él te encuentra a ti. Y una vez que te ha engañado para que explores sus laberínticas cavernas, no te soltará sin luchar.