Los yoriki eran los principales ayudantes de los magistrados.
Funciones
Los yoriki realizaban labores de investigación y policiales para sus señores, como encontrar testigos de delitos y registrar sus testimonios, ocuparse de los prisioneros y llevar a cabo interrogatorios (incluida la tortura), y supervisar a los doshin al servicio de su señor.
Los yoriki eran los samurái que realmente hacían cumplir las leyes y preparaban los casos en lugar de dictar sentencia. Sin embargo, los yoriki no gozaban de la inmunidad diplomática que tenían los magistrados de los daimyo locales. Por ello, debían ser cuidadosos en el cumplimiento de sus deberes, para no entrar en conflicto con la ley local. A pesar de ello, los yoriki gozaban de gran autonomía en la ejecución de sus tareas.
Encargados habitualmente de inspeccionar los documentos de viaje de todos los que pasaban por sus estaciones de paso, se exigía que cualquiera que pasara por un pueblo en el que hubiera un yoriki tuviera que hacerles una visita e informarles de sus intenciones y destino.
Lealtad
Al igual que un magistrado lo haría con un Magistrado Principal, los yoriki generalmente juraban lealtad a los magistrados a los que servían. Sin embargo, a diferencia de los magistrados, los yoriki eran contratados directamente por sus superiores. Cada magistrado era responsable de encontrar y pagar a sus propios yoriki.
Fuera del servicio del clan
Mientras que los magistrados de clan eran casi siempre miembros del clan al que servían, los yoriki de esos magistrados eran a menudo de clanes diferentes. Esto permitía a los magistrados contratar a personal con conocimientos y habilidades específicas -los conocimientos de un Escorpión sobre el submundo criminal, o los conocimientos de un Isawa sobre hechicería, por ejemplo- que de otro modo no podrían obtener de los miembros de sus propios clanes[cita requerida].