Otosan Uchi está construida en un lugar frecuentemente azotado por terremotos, y los caprichos de las Fortunas a menudo traen tifones que azotan la costa. Esto ha creado una red dinámica y cambiante de túneles naturales y sistemas de cuevas bajo toda la Ciudad Imperial. A lo largo de los siglos, estas erráticas formaciones naturales se han complementado con estructuras artificiales: almacenes de asedio, túneles de escape y bases secretas para empresas criminales. En diversas épocas, los Kolat, el Clan Tortuga y el Clan Escorpión han mantenido una presencia significativa en estos túneles. Además, algunas de las principales posesiones y cuarteles de la ciudad mantienen suministros de asedio en los túneles bajo sus ubicaciones.
Un complejo llamado el Laberinto del Emperador se encuentra justo debajo de La Ciudad Prohibida, al que se accede a través de túneles ocultos en el nivel del suelo de los distintos Palacios Imperiales. Los antiguos guardianes Escorpión, colocados cuando se construyó la ciudad, aseguran que cualquiera que no tenga sangre Hantei se perderá irremediablemente si intenta atravesar esta zona. Desde el Laberinto Imperial, una ruta de escape sigue los túneles hasta la orilla de la Bahía del Sol.
Existe un pequeño lago subterráneo directamente bajo el Juramashi (Distrito), y en su centro hay una isla rodeada por todos sus lados, excepto uno, de coral afilado y rocas dentadas. En los primeros tiempos, esta isla sirvió como incipiente "puesto comercial" para diversas empresas criminales. En siglos posteriores, especialmente en épocas en las que una única organización o cerebro controla la mayor parte de la actividad criminal, se construye una pequeña finca en esta isla. Sin que lo sepa la mayoría de los que operan aquí, también hay un pequeño yacimiento de huevos de Naga escondidos entre el coral, quizá el origen de las leyendas de criaturas serpientes albinas.