09 Fuego y Agua (Fire and Water)

Mes del Sol, 1138 (Primavera)

Durante la Guerra de los Clanes, varias cosas cambiaron para Rokugán. Uno de los cambios que quizá tuvo repercusiones más duraderas, a pesar de ser poco publicitado en su momento, fue una postura más activa de los diversos Oráculos Elementales con respecto a la lucha entre el Imperio y Las Tierras Sombrías. Los cuatro Oráculos Oscuros se reunieron y combinaron sus poderes para crear los Terrores Elementales, cinco de los oni más poderosos y corruptos que jamás hayan pisado el Ningen-do. Temiendo por el equilibrio elemental del reino de los mortales, los Oráculos de la Luz respondieron reuniendo a dos de los artesanos de nemuranai con más talento del Imperio en aquel momento. Los Oráculos guiaron a Asako Shingon e Iuchi Yogosha en el proceso de creación de los Tesoros de los Cinco Elementos, y los dos artífices sacrificaron sus vidas para hacerlos realidad. La Katana de Fuego, el Yari de Aire, el Gunsen de Agua, la Armadura de Tierra y el Mempo del Vacío; poderosos nemuranai entregados a héroes mortales para cambiar las tornas contra los Terrores Elementales y mantener el equilibrio de los kami en el Ningen-do.

Entre estos héroes se encontraba Daidoji Tsumerai, uno de los maestros de yarijutsu más hábiles y talentosos que el Imperio haya visto jamás. Aunque apenas había superado su gempukku cuando se le otorgó el Yari de Aire, Tsumerai no tardó en demostrar su fenomenal habilidad con el arma, y se ganó un puesto de héroe durante la batalla final en Otosan Uchi contra las fuerzas de Fu Leng. Una vez finalizada la Guerra de los Clanes, Tsumerai volvió a servir con distinción durante la Guerra contra la Sombra y ayudó a negociar la paz entre las dos facciones de la Guerra Civil de la Grulla. Desde entonces, Tsumerai ha trabajado para reconstruir su familia y su Clan, entrenando a una nueva generación de samuráis Daidoji en las técnicas que ha desarrollado para la lanza.

Durante toda su posesión del Yari, ha sido consciente de una débil conexión entre éste y los demás Tesoros de los Elementos; cuando se concentra, puede percibir la dirección en la que se encuentran los demás Tesoros, así como tener una noción extremadamente vaga de su distancia. Nunca ha aprovechado este conocimiento, contentándose con asumir que otros héroes sirven al Imperio con sus Tesoros como él ha servido con el suyo, pero, aproximadamente una semana antes de que comience esta aventura, todo eso cambió.

De repente, y casi simultáneamente, su "conciencia" del Mempo del Vacío y de la Armadura de Tierra se desvaneció, como si los Tesoros simplemente hubieran desaparecido. Aunque su sentido de los Tesoros se había fortalecido o debilitado en ocasiones debido a factores que escapaban a su conocimiento, nunca habían desaparecido por completo, por lo que dos a la vez parecía potencialmente muy grave. En busca de respuestas, Tsumerai pidió un favor a un aliado de las familias imperiales y consiguió permiso para ir a buscar a los monjes del Templo del Lago de los Cerezos en Flor, en cuya biblioteca se decía que había numerosos recursos sobre los Oráculos y los Tesoros Elementales. Sin embargo, poco después de llegar, las respuestas llegaron a él, en forma de asesinos Goju, enviados para matarlo y reclamar su Yari para sí mismos.

La amenaza a los Tesoros Elementales no ha pasado desapercibida para los Cielos Celestiales, y los Dragones Elementales entran en acción para ayudar a Rokugán una vez más. Esta vez, sus agentes elegidos son los Héroes de Rokugán, que reciben una visión onírica que los envía en ayuda de Tsumerai. Una vez que los Héroes llegan y salvan a Tsumerai, el Daidoji les pide que le ayuden a recuperar y proteger los Tesoros Elementales restantes, pero hacerlo es más fácil decirlo que hacerlo - es sólo a través de los poderes del Yari que Tsumerai puede localizar los otros Tesoros, y sólo se puede utilizar para encontrar uno a la vez. Los Héroes deben elegir qué Tesoro salvar, y aunque es de esperar que tengan éxito al hacerlo (y al recuperar uno de los dos Tesoros robados), el otro, junto con el último Tesoro, se perderán en las siniestras tramas de los Goju.