11 El Último Aliento (The Final Breath)

Mes de Hantei, 1138 (Primavera)

Akodo Taiko es el Gokenin de Seidai Juujiro Mura, una pequeña aldea de la provincia de Kokoro que pasa desapercibida. Históricamente, su linaje ha sido responsable de administrar un cruce estratégico en tierras León. Tienen una pequeña torre del homenaje y a lo largo de los siglos ha crecido una aldea alrededor del cruce. La familia ha cumplido con su deber, por pequeño que sea, con honor y dedicación durante generaciones.

Akodo Taiko alcanzó más gloria que sus antepasados. Hace treinta años, Taiko se distinguió en el campo de batalla en una serie de escaramuzas contra el Unicornio. Fue reconocido y condecorado al final del conflicto y también recibió varios trofeos del campo de batalla, incluido el estandarte de un escuadrón enemigo que capturó personalmente. Hace diez años, demostró que seguía siendo un comandante capaz durante la Guerra de los Clanes, pero era obvio que sus mejores días habían pasado, y se quedó en las tierras del León como comandante de guarnición durante la Guerra contra la Sombra.

Hoy, Akodo Taiko es un hombre perdido en el pasado. Sabe que sus mayores logros han quedado atrás y añora los días de gloria y batalla honorable. Cuando no está administrando su aldea, suele sentarse en su sala de audiencias rodeado de trofeos de la guerra y perderse en ensoñaciones. Últimamente, se le conoce por ponerse una armadura y montar a caballo para ir a "patrullar en busca de bandidos". Esto también es sólo una excusa para cabalgar y recordar días de batalla y gloria.

Akodo Warate es el hijo de Taiko, un hábil bushi y talentoso administrador por derecho propio. Sirve como karo de Taiko. Taiko y Warate tienen algo bastante raro en Rokugán: una estrecha relación padre-hijo que no se ve complicada por los aspectos más formales de la sociedad rokuganesa.

Warate sabe que su padre se escabulle cada vez más en sus recuerdos. Como karo, ha ido asumiendo cada vez más tareas administrativas de la torre del homenaje y de la aldea. Sabe que heredará las tierras de su familia cuando su padre se retire o muera. A diferencia de muchas historias rokuganesas, Warate no tiene prisa por que esto ocurra. No tiene intenciones ocultas, y es realmente el hijo obediente y cariñoso que parece ser.

En el torreón también se encuentra Matsu Gehiko, comandante de la pequeña guarnición de Shiro Seidai Juujiro. La samurai-ko tiene una voluntad fuerte y un temperamento ardiente. Al principio estaba resentida por haber sido asignada a un puesto tan menor. Desde entonces ha encontrado una nueva vía para sus fuertes emociones: está secretamente enamorada de Akodo Warate. Sin embargo, su deber le exige no actuar en consecuencia, y se ha esforzado por ocultarlos bajo la apariencia del deber, la destreza y la eficacia. Por su parte, Warate no tiene ni idea de los sentimientos de Gehiko.

Hace quince años, Akodo Taiko acabó con una banda de bandidos que operaba en la zona. Dirigió a sus tropas para localizar el campamento y atacar a los bandidos con furia. En la confusión, el líder de los bandidos, un hombre llamado Sosetsu, escapó, aunque quedó horriblemente desfigurado en la lucha. Akodo Taiko se olvidó del incidente, considerándolo una obligación más de su condición de señor, ni más ni menos. Desde entonces ha pensado poco en el suceso.

Sosetsu no lo ha olvidado. Ha alimentado el odio hacia Akodo Taiko durante todos estos años, y ahora ha reunido suficientes recursos para formar un pequeño ejército de bandidos y ronin más profesionales. Tras haber hecho recientemente causa común con un grupo de campesinos descontentos (tergiversando sus motivos), pretende vengarse de Akodo Taiko saqueando la aldea del León y quemando su castillo. En un irónico giro del destino, un incidente que Taiko no recuerda en sus ensoñaciones del pasado puede ser precisamente su perdición.