Seidai Juujiro Mura parece albergar a unas 300 almas y cuenta con las comodidades habituales: una pequeña posada, un granero, herrería, botica, un pequeño santuario a las Fortunas y una pequeña fábrica de sake. Destaca un edificio bajo cerca del castillo, ya que la mayoría de las aldeas León, sobre todo las de este tamaño, carecen de establo. Cerca, los campos de arroz permanecen vacíos, listos para ser plantados para la cosecha del nuevo año. Los campesinos se inclinan obedientemente ante los samuráis leoneses que pasan.