La Mansión Tresendar fue uno de los edificios más grandes de Phandalin, habitado durante el siglo X por la familia Tresendar. Muchos siglos después de su abandono, sirvió como base de operaciones de los Rufianes Carmesíes, en cuyos sótanos habitaban junto a osgos, goblins y un nótico.
La mansión se encuentra al final del camino del este de Phandalin, un poco más allá de la taberna el Gigante Dormido. Este camino era sinuoso y llevaba a bajar de una colina para alcanzar su cima en otra, muy por encima del resto de la villa.