Mirna Dendrar y sus hijos eran prisioneros de los Rufianes Carmesíes, que pretendían venderlos como esclavos después de la muerte de su marido, Thel. Los personajes los liberaron cuando desalojaron a la banda de criminales de la Mansión Tresendar.
Al conversar con los personajes, acaban recibiendo la misión Reliquia familiar.