Segunda al mando de los Bandidos de la Mina, era la lugarteniente de Edric y desertó junto a su superior. Clérigo de batalla, abandonó también la Iglesia de la Trinidad cuando dejó el ejército.
Una humana terriblemente leal a su capitán, curtida tras años de servicio militar... y con muy poco sentido del humor. Curiosamente, se niega a usar el equipamiento que la banda encontró en las ruinas enanas.