La hija de Helmut, una pequeña pícara que no puede parar quieta más de cinco minutos y que busca ver todo el mundo con sus inquietos y siempre alertas ojos.
Tras entrar sola en las Ruinas al sur de Rulid, Gully se hizo con los Guanteletes de Aramus, demostrando ser bastante ducha en su uso.
Los meses que ha pasado entrenando con Warren han surtido efecto, convirtiéndola en una luchadora capaz que ya no se lanza al combate confiando sólo en la sobrehumana fuerza que le dan sus guantes.