La inminente amenaza de la Zona Oscura finalmente se materializó: un ejercito de abominables criaturas estaban preparándose para atacar Rulid. Primero intentaron envenenar el pozo que da agua al pueblo, pero Volk, Warren y Clayr/Quelenna lograron detener al pequeño grupo de goblins que se infiltraron a través de los túneles que conectan el pueblo con el bosque. Tras el combate, hicieron un siniestro descubrimiento: sus enemigos habían recibido ayuda de de seres humanoides... ¿pero quien estaría tan loco como para ayudar a la Oscuridad?
Los días pasaron y los preparativos para la futura batalla trajeron más preocupantes noticias: la Oscuridad tenía ahora un líder, un Demonio Espinado según aseguró la maga Lisbeth; el alcalde Larden no parecía demasiado solícito a coordinar las defensas de Rulid y, tras una discusión con Warren, desaparació al día siguiente con su familia. En su correspondencia, el héroe del pueblo encontró varias veces un nombre que llamó su atención: Vasago. La oscura conspiración comenzaba a desvelarse.
Las dos Shallies ( Shallistera y Shallote) junto con el druida Volk sellaron los túneles que los goblins usaron para acercarse al pozo gracias a un misterioso compuesto llamado pólvora... no sin algún que otro problema que casi hace que el Atelier saltara por los aires. Por su parte la bardo Quelenna convenció a Gascon para que los Unknown acudieran a la defensa del pueblo.
El día del ataque finalmente llegó. Los asustados defensores de Rulid recibieron una primera oleada de criaturas de la Oscuridad, un ejercito compuesto de goblins, gnolls, ogros y harpías. Sorprendentemente fueron rechazadas con facilidad, pero Warren y Reynard no bajaron la guardia: era claro que aquello tan sólo era para probar sus fuerzas. Al caer la noche un nuevo ejercito se acercó hacía el pueblo, esta vez comandado por el temido Demonio Espinado. Es entonces cuando empezó la batalla de verdad, la que decidiría el destino de Rulid.
El combate fue mucho más feroz que el anterior, los seres de la Zona Oscura luchaban con energía renovadas y apoyados por la nefanda magia del demonio. En un intento desesperado, Warren cargó contra el general enemigo, seguido de Volk y Quelenna, intentando cortar la cabeza que controlaba al ejército rival... pero el Demonio Espinado demostró ser un oponente temible en el cuerpo a cuerpo.
Cuando todo parecía perdido un grupo de aliados llegó desde el suroeste, guiados por la juez Olana: los Guardianes de la Iglesia de la Trinidad apostados en el puesto fronterizo. Gracias a esta intervención las tropas de Rulid lograron rechazar a las huestes de la Oscuridad. La misma Olana acudió a ayudar contra el Demonio Espinado, que finalmente cayó ante la fuerza combinada de los cuatro héroes. Mientras la criatura moría, su forma demoniaca desapareció para dar paso a un ser humano... un simple campesino.
Rulid estaba a salvo. Pero la respuesta a las preguntas que asolaban la mente de los cuatro valientes que derrotaron al demonio iban a traer unas consecuencias inimaginables al pueblo y a sus habitantes.