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Datos generales

Ciudad pequeña: 11 724 habitantes (74 % zabarios, 14 % vadanios, 4 % felínidos, 3 % mida, 2 % medianos, 2 % gnomos, 1 % otros).
Límite de dinero: 12 000 po.
Guardias: 120 patrullando en todo momento.
Autoridad: Duque Neruus el Magnánimo.
Religiones mayoritarias: Cofradía de Erekar, Iglesia de Arastu, Navegantes de Lushtra, los Hijos de Arather.


La hermosa ciudad de Nechizar, perteneciente al reino de Zabáriax, está ubicada en la costa meridional del continente, entre la península de Yugerten y el Reino de Vadania. Edificada alrededor de los restos de una fortaleza de los Peregrinos que se alza sobre los acantilados, Nechizar forma uno de los principales puertos de la región, tanto comerciales como militares.
La ciudad está dividida en dos niveles completamente diferentes:
Sobre los acantilados, gobernados por el Palacio Ducal de Liquioss, se encuentran los barrios más nobles y hermosos, mientras que debajo se sitúa la enorme ensenada interior conocida como «Eschurioz» en el idioma antiguo o Bahía Sombría. Es allí donde se halla la más famosa construcción de Nechizar, la esclusa mecánica de los Peregrinos, aún funcional, que da acceso franco al más grande de los canales que atraviesan Vajra, el Axajaxas. Semejante puerto, siempre protegido por los  guardiamarinas zabarios, convierte a la ciudad en uno de los lugares con más tráfico marino de todo Voldor, así como en una parada clave en las rutas comerciales marinas de la región. 

Historia

La ciudad de Nechizar fue fundada por uno de los clanes humanos sureños que se establecieron en las llanuras meridionales pocos años después de la marcha de los Peregrinos y del Gran Éxodo. El pequeño pueblo de pescadores, construido alrededor de las ruinas de los Peregrinos, creció rápidamente hasta convertirse en una ciudad por derecho propio. Las historias sobre las maravillas que se habían encontrado en las ruinas, especialmente la gran esclusa que daba acceso a Varja, hicieron famoso el enclave en toda la región y los reyes del recién fundado Reino de Vadania no tardaron en lograr su anexión mediante conquista. Durante los poco más de cien años que Nechizar formó su propio exarcado de Vadania, el fondeadero interior fue transformado en un majestuoso puerto destinado a albergar la aún inexistente flota vadania, mientras que las ruinas de los acantilados fueron aprovechadas por habilidosos arquitectos para levantar el alcázar de Liquioss. De esta manera, Nechizar comenzaba a ser el inexpugnable puerto franco que es en la actualidad.

En el año 4390, como parte de las grandes campañas expansionistas de Zabáriax, una gran flota a las órdenes de la princesa Lartha asalta y toma la ciudad en un inesperado ataque al Reino de Vadania. Tras varios contraataques fallidos por las tropas de Sarmapalin y con la mayoría de sus esfuerzos destinados a la expansión occidental del reino contra los saurios, la corona Vadania se vio obligada a ceder Nechizar a cambio de no sufrir más ataques, con la esperanza de poder recuperarla en el futuro. Dicho momento no llegó jamás.

En el año 4648 muere el rey Venel de Zabáriax en el transcurso de una campaña militar contra los orcos negros de Muzur. Su primogénito, el príncipe Mudaz, es coronado, y entre sus primeras medidas destaca la de nombrar a su hermano pequeño Neruus como Duque de Nechizar tras la muerte del antiguo duque meses atrás. Aunque Neruus afirma aceptar el cargo con orgullo, muchos en la corte consideran su nombramiento una forma elegante de apartar a un hermano problemático de palacio. Sin embargo, desde entonces el gobierno de Neruus ha traído prosperidad al ducado, consolidando su posición militar y reforzando vínculos comerciales y diplomáticos con los distintos reinos de la facción, llegando incluso a tener una amistad personal con la reina Sabah Zora de Vadania y acuerdos de investigación conjunta con el Imperio Mida. Esto ha permitido también aprovechar la energía del xion que actúa en el mecanismo de la esclusa para alimentar otros elementos de la ciudad, como la maquinaria de algunas fábricas o luces. La reciente muerte de su hermano, Mudaz el Grande, y la regencia de su esposa Manton han disparado los rumores sobre las aspiraciones de Neruus a la corona, y muchos en la corte temen una posible guerra civil que sacuda Zabáriax.

 

El Palacio Ducal de Liquioss

Construido sobre una ancestral fortaleza de los Peregrinos, el palacio del duque Neruus se alza sobre la ciudad, hermoso e imponente, cuyas torres y baluartes se pueden ver desde toda la Corona del Amanecer. En su interior, nobles zabarios, diplomáticos de otras naciones, capitanes de todo el Marmarax y opulentos comerciantes cierran tratos de todo tipo alrededor del duque y sus más cercanos consejeros. El máximo encargado de recibir a tan ilustres invitados es el mayordomo ducal Luca Hurgoi, administrador del palacio y una de las personas más influyentes en la política de la ciudad.

Atarazanas Xizi

Entre las húmedas calles y callejones de Eschurioz, alrededor de la gran ensenada, pueden encontrarse incontables tabernas, baños, prostíbulos, herrerías, talleres y astilleros que se alimentan de los cientos de marineros que llegan a diario a la ciudad. Entre ellos destaca el negocio de Atarazanas Xizi, en la parte alta de Eschurioz, donde se dice que se fabrican las mejores embarcaciones para viajar por los canales de Vajra. El negocio está regentado por Shamash Habaatum, una refugiada de las últimas guerras morlock que conoce las profundidades de Vajra en detalle y que cuenta con un pequeño ejército de svirfneblins trabajando a destajo en su taller.

La Liga de Navegantes

Este descomunal edificio, que ocupa varias manzanas del distrito, es la sede del gremio más influyente de la ciudad. El grupo está formado por exploradores, marinos y algunos comerciantes, todos ellos con intereses en Vajra, y mantiene en nombre del duque el tráfico hacia el canal Axajaxas a través de la esclusa. Cuenta con varias embarcaciones fuertemente armadas con las que controlan el flujo de barcos hacia el canal y el propio edificio de la Liga mantiene algunos guardias de la ciudad protegiendo sus puertas. Su líder actual es el capitán Motsumi, un famoso canalnauta que hizo fortuna en el pasado saqueando embarcaciones Bastarre a lo largo del Axajaxas.

Sede de las Lanzas de Lantamar

Situado a media altura de la calle del Acero, que cruza la ciudad desde el Palacio Ducal hasta la costa, se alza un enorme caserón de piedra blanca decorado con escudos y estandartes de las Lanzas de Lantamar. Aunque la archiconocida compañía mercenaria está lejos de casa, al ser una de las principales compañías al servicio de Zabáriax mantiene una sede de reclutamiento donde además cerrar posibles contratos. La sede alberga una pequeña guarnición al mando de la capitana Naram Anokeen, si bien la mayoría de reclutas son rápidamente enviados a las campañas de Vadania occidental para que se curtan luchando contra los saurios.

Baluarte de los Navegantes

Una fortaleza de base circular, levantada en piedra y cubierta por el musgo, se sitúa al borde del acantilado desde donde se observa el mar y los barcos que acceden a la ensenada interior. Se trata de la sede de los Navegantes de Lushtra, una de las principales religiones de la ciudad y de toda la región. Sus fieles, casi todos navegantes, rinden culto a la señora de los mares Lushtra, una máscara de la Madre Abundante, a la que piden suerte para sus viajes. Aranth Marcnei es actualmente el sumo sacerdote de la congregación.

La Sirena Muerta

A medio camino entre un féretro y un navío, este alargado edificio en las calles de Eschurioz es una de las tabernas más importantes de la ciudad y la más transitada por marineros y estibadores. A las deliciosas viandas que pueden consumirse en su interior se une la gran cantidad de rumores que se escuchan en su salón prácticamente a diario, convirtiendo el lugar en un ir y venir de personajes de todo tipo. La dueña de la taberna es Pataremai, que se las apaña para estar siempre al tanto de todo lo que ocurre en su local.

Catedral de Arastu

La diosa del comercio y la civilización es una de las más queridas en Nechizar, especialmente por los comerciantes de la ciudad y la burguesía. Hace más de doscientos años que un grupo de adinerados mercaderes decidió construir en el centro de la ciudad una imponente catedral de piedra para ganarse el amor de Arastu. A su alrededor se organizan numerosos mercados y fiestas religiosas durante todo el año, y los sacerdotes tratan de intermediar en todas las disputas comerciales.

La explanada entoldada

Una de las plazas más transitadas de Eschurioz es la conocida como la «explanada entoldada» por sus vecinos, en referencia a los cientos de toldos de diferentes colores que la decoran. En su interior, incontables mercaderes de baja estofa montan pequeños tenderetes donde venden todo tipo de mercancías fuera de la vista de los guardias. Allí se puede encontrar con la misma facilidad hongos de Handaxin, ónices negros o una puñalada por la espalda, si uno no tiene cuidado. Todo esto gestionado violentamente por la «banda de la entoldada», que extorsiona a los mercaderes por mantener a los guardias apartados y cuyo cabecilla actual es Vigbo.

La necrópolis de Vramor

Aunque muchos nechizaríes solicitan ser incinerados y arrojados al mar como rito funerario, muchos otros son enterrados en la gran necrópolis de Vramor, al suroeste de la ciudad. Este gigantesco cementerio que no deja de crecer contiene en su centro el gran mausoleo de los Duques de Nechizar, junto a los de aquellos nobles y ricos que pueden pagarse semejante lujo, mientras que a su alrededor las tumbas son cada vez más pobres hasta llegar al muro circular que limita gran parte del cementerio. Debido a los recientes problemas de gules, un grupo de paladines de Arastu vigilan incansablemente sus calles a todas horas.

La Puerta de la Moneda

La puerta norte de Nechizar es conocida por todos como la «Puerta de la Moneda» por el impuesto de una moneda de plata que se cobra, desde tiempos inmemoriales, a cada caballo o carruaje que desea atravesarla. Es la puerta más cercana a la carretera del norte, por la que viene todo el comercio terrestre a la ciudad, en especial aquellos que se desvían de la ruta Azur, y, por ello, las autoridades de la ciudad obligan a los mercaderes a pagar o desviarse hasta la entrada occidental.