Este pedazo de tierra emergida, de no más de 500 pies de largo por 200 de ancho, aparece y desaparece en las aguas del estrecho que separa Muzur de Zabáriax, aunque hay quien también asegura haberla visto cercana a las costas de Kiralizor. Su superficie está cubierta por abundante vegetación y árboles de aspecto extraño, con grandes y pobladas lianas entre ellos. Aquellos que la han alcanzado no han permanecido mucho tiempo sobre ella, pero cuentan que han visto extraños animales voladores y un sonido grave y periódico en toda su superficie. La isla aparece y desaparece como si tuviera vida propia, y nadie ha sido capaz de prever el próximo lugar en el que emergerá.