Sumo sacerdote de los Navegantes de Lushtra, este viejo pirata decidió tiempo atrás abandonar su vida de pillaje y muerte para entregarse a la devoción de la diosa de los mares. En la actualidad, su papel como líder de la congregación lo mantiene ocupado la mayor parte del tiempo entre oficiar las ceremonias y festivales y los generosamente pagados servicios privados, como la sacralización de nuevos barcos o la bendición de tripulaciones a punto de hacerse a la mar. Algunos miembros del gobierno ven su política de no rechazar a nadie en su congregación como simpatía por piratas y enemigos del reino, lo que le ha causado ya varios problemas