Situado al sur de la región, cerca de las tierras mirienses, se alza un tosco baluarte de pálida piedra. Aquí fue donde los grandes trasgos obtuvieron su primera gran victoria sobre las tropas de Mirianis en el año 4642 y fue entre sus muros donde el general trasgo Ikkar coció y devoró a los semielfos capturados durante la confrontación.