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Los elfos Indeverei descienden de aquellos elfos que abandonaron Vindusan en dirección al Bosque de Ámbar, descontentos con la actitud de sus hermanos que deseaban asentarse en el desierto. Convencidos de que Zaselsan y el rey Falesin no olvidarían su traición, un pequeño grupo de líderes consideraba que necesitaban fundar su propio estado, uno poderoso, con el que poder hacer frente a la herencia de los Peregrinos que poseían sus hermanos. Para estos líderes, unirse con una raza esclava como los humanos era un acto aberrante y suponía  abandonar todo lo que implicaba ser un elfo. Por segunda vez abandonaron a sus hermanos y se adentraron en las profundidades del bosque para tratar de encontrar la ciudad de Zoravar y conquistarla con la esperanza de fundar allí la capital de su nueva nación élfica. Pero tras décadas buscándola sin éxito, se vieron obligados a fundar la que hasta hoy es su única ciudad, Indever, pues así llamaban los elfos al Bosque de Ámbar desde tiempos remotos.

El día a día de los Indeverei está marcado por su escaso número comparado con otros imperios, pues Indever apenas alcanza los veinte mil habitantes en la actualidad. Esto se debe al escaso número de fundadores de la ciudad, los problemas de esterilidad de la raza y su intransigencia, que impide la presencia de otras razas en su territorio más allá de lo imprescindible. Sus familias suelen ser pequeñas y rara vez tienen más de dos o tres hijos por pareja, aunque las autoridades tratan de animar a las mujeres fértiles a engendrar hijos durante toda su vida por el bien de la ciudad. Dada la constante necesidad de ciudadanos en casi todos los ámbitos, no existe diferencia social por género, y cualquiera puede desempeñar la labor que desee siempre que resulte útil para el conjunto de los Indeverei.

Aunque desprecian a los Bastarre y su servilismo ante los Peregrinos, los Indeverei comparten un gran número de rasgos en su carácter. La mayoría de ellos desprecia al resto de las razas, a las que consideran marcadas por su pasado esclavo, lo que las limita en su desarrollo futuro. Además, suelen asumir que todas los odian por su antiguo rol de mayordomos de los Peregrinos, mostrándose en todo momento desconfiados y reticentes a establecer lazos de cualquier tipo. Muchos son también arrogantes y crueles, inconscientes del pequeño e irrelevante papel que su ciudad representa en el mundo de Voldor. Aquellos que salen de la ciudad y se relacionan con otros pueblos suelen cambiar radicalmente su manera de pensar.

De manera similar a otros pueblos del Bosque de Ámbar, viven gracias a la ganadería y la agricultura, utilizando las tierras alrededor de Indever para cultivar frutas y verduras, manteniendo su ciudad en la villa donde las hermosas edificaciones se funden con los árboles de similar manera a como ocurre en Kymelin. Desde su llegada al bosque, los Indeverei han formado grupos de exploradores y saqueadores que sondean los rincones más oscuros de la foresta en busca de antiguas ruinas de los Peregrinos para hacerse con fragmentos de xion y otros dispositivos arcanos que no dudan en utilizar para mejorar su ciudad.

Las primeras generaciones de elfos Indeverei consideraban a los dioses falsas construcciones de los Peregrinos para controlar a las razas esclavas y que los elfos debían aspirar a ser sus propios dioses como sus creadores habían hecho antes. Estas creencias aún tienen cabida en su sociedad y hay quien ve con desprecio a los adoradores de cualquier deidad. Sin embargo, muchos han comenzado también a adorar a Ahuraz, en parte por su relación con el xion y en parte porque la deidad solar representa la libertad que obtuvieron al marcharse de Vajra. Aunque ven la naturaleza más como una herramienta que como una divinidad, algunos han empezado a relacionarse con ella de manera espiritual, surgiendo pequeños cultos a La Madre Abundante. 

En su cultura aún consideran la piel suave e inmaculada como un rasgo atractivo, por lo que muchos Indeverei tratan de cubrirse del sol en la medida de lo posible, además de no tatuarse ni practicar otras prácticas que alteren su rostro. Cuando están en la ciudad, acostumbran a decorar sus vestiduras con llamativas joyas engarzadas con piedras de la región y prefieren tener el pelo largo para poder lucir ostensibles peinados como muestra de vigor. En un intento de diferenciarse de las antiguas razas esclavas, los Indeverei decoran sus ropas y armaduras con minuciosos patrones artísticos de todo tipo.

Nombres de mujer: Aradahe, Enalha, Deimithara.
Nombres de varón: Kineiloah, Draelios, Aireduine.