Durante los cinco primeros días de la segunda Calibración los mirienses participan en desfiles en honor del Saenadan y de Ivor Nictroi. Las clases medias y bajas de la sociedad de Mirianis participan en numerosas loterías y concursos organizados por las élites, que tienen como objetivo obtener recursos para la campaña de guerra. Veteranos ya retirados o demasiado mutilados como para ir a la guerra instruyen a niños y adolescentes en el uso de las armas, quienes incluso participarán en justas masivas. Los más prometedores son invitados a una ceremonia presidida por Ivor Nictroi, donde jurarán luchar hasta la muerte a sus órdenes. En estas fiestas se suelen otorgar presentes. Es poco probable que el Saenadakari sobreviva a un hipotético final de la supremacia del Saenadan sobre la vida política miriense.