Los orcos considerados de gran valía o sabiduría son sometidos a un ritual excepcional llamado Vlagcog. Durante un día entero, sus amigos, familiares e incluso adversarios son invitados para que arranquen de su cuerpo vísceras para decorar un árbol con ellas. Durante esta ceremonia los orcos hablan de los logros y hazañas del fallecido, hasta que, en una solemne ceremonia, un druida extrae su corazón y lo entierra bajo el árbol. Los huesos finalmente son colocados en las ramas. Con este ritual se busca asegurar la pervivencia del finado como un espíritu guardián del bosque.