Cuando una Indeverei logra traer a Voldor un bebé sano, es motivo de celebración y alegría por todos en la ciudad. Tras el día del parto, durante los próximos diez días, los familiares directos del niño organizan un banquete diario al que invitan a sus amigos y vecinos para compartir su suerte. Si, tras diez días, el bebé sigue vivo y con buena salud, este recibirá un nombre (que podrá cambiar cuando alcance la madurez) en un solemne ritual en el palacio real, donde los propios reyes Radaeril y Nylathxia le darán la bienvenida al pueblo. Este ritual varía enormemente dependiendo de la clase social de sus padres, y durante el mismo, un mago adivinador utilizará un pedazo de xion para ver el futuro del niño, profetizando lo que todos pueden esperar de él. Estas profecías, aunque suelen ser ambiguas, marcan profundamente la vida de los Indeverei.