Este anciano de aspecto orondo y fatigoso lidera del culto a Arather en la isla desde la iglesia del sur, donde oficializa ceremonias, verifica los juicios y bendice los barcos que así lo piden. Se trata de un antiguo pirata hirgur, detenido en su juventud y encarcelado en Uskanast durante treinta años, hasta que vio la luz de Arather y se le permitió ser libre de nuevo. Forma la cara amable de la iglesia, intermediando en muchas ocasiones entre los más pobres y humildes con el gobernador Alzamar o la jueza Noxalwa.