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Los fórmigos son parte esencial de la sociedad vindusina, ya que son trabajadores abnegados, soldados decididos, excelentes artesanos e incluso buenos eruditos que llenan de vida la ciudad con su dinamismo y laboriosidad. Sin embargo, entre ellos hay un grupo de cierto tamaño que se considera infrarrepresentado en la política local, pues cree que los Banjora llevan demasiado tiempo capitalizando la vida política de Vindusan y tratando como vindusinos de segunda a los de su especie. Estos fórmigos se han unido en torno a la conocida Casa Mirmidona, un grupo social que pretende convertirse en una de las Cien Casas de Vindusan y participar en la vida política como iguales. Se encuentra dirigida por la treintañera, y por tanto anciana, erudita Kc’li, quien ha escrito apasionados alegatos en pos de la integración de su gente con los elfos. De momento los mirmidones, como se hacen llamar, no han realizado más que marchas simbólicas aprovechando las procesiones religiosas fórmigas y provocado algunos conflictos laborales al negarse a desarrollar ciertos trabajos como protesta. Los gobernantes de algunas de las casas se temen una rebelión a gran escala y han comenzado a hablar sobre «honrar el pacto fundacional con los fórmigos» y conceder a la Casa Mirmidona un puesto en las grandes casas.