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Las expediciones comerciales y exploraciones marítimas han sido frecuentes desde que Vorelgin el Negro estableciese los cimientos de la noble nación de Zabáriax, para la cual la navegación es un pilar esencial y cuyos habitantes están hechos a la mar como pocos en todo Voldor. A partir del año 4300, el reino adquirió, ya fuera fundándolas o conquistándolas, muchos emplazamientos en la costa oriental del continente, como Azur, Nechizar o Nueva Voranor. Esto conllevó la apertura de nuevos mercados y negocios que requerían del comercio para sobrevivir y crecer, lo que atrajo a la burguesía. En este contexto histórico surgió la Liga de Comerciantes de Zabáriax, una federación mercante de los comerciantes zabarios más ricos y poderosos, entre los que se incluye a varios alcaldes y duques que se unen para defenderse de sus enemigos comunes y controlar el comercio en todo el mundo. Sus miembros consideran que el libre comercio y el establecimiento de una burguesía empresarial son piezas fundamentales para el desarrollo del reino y ponen todas las herramientas que tienen a su alcance para tal fin. Esto incluye el uso de magia, contratando magos y clérigos para escrutar el futuro y detectar oportunidades de negocio, así como evitar desgracias y desastres naturales, espías para conocer los movimientos de sus competidores y en ocasiones ejércitos completos de mercenarios.

La liga se gestiona mediante un consejo de comerciantes, que se celebra una vez al año en la sede en Azur durante la festividad de Arastu y a la que únicamente pueden asistir los cincuenta miembros más poderosos. Allí se debate sobre la situación económica y política del reino y se eligen a los cinco maestros, aquellos miembros en los que se delegará el poder de la liga durante el resto del año. Sus tareas consisten en tomar las decisiones que, por urgencia, no puedan esperar a la reunión anual y ejercer de diplomáticos de la liga para tejer lazos comerciales con nuevas ciudades. Entre ellos cinco deben elegir al prócer, aquel que volverá a la capital del reino a ejercer como representante ante el rey y la corte.

Sus miembros no dudan en unir sus poderes y recursos para defender y expandir sus intereses comunes, que son además los de Zabáriax. También honran a Arastu, diosa del comercio, y aunque la devoción varía enormemente entre sus miembros, la liga también ha participado en algunos conflictos acogiendo o protegiendo a fieles de la diosa, pues consideran que el favor de Arastu es bueno para los negocios. Asimismo, toda causa en el reino busca el apoyo de la liga, pues dicen que con su inmenso poder pueden poner y deponer reyes y duques, como ha quedado demostrado en algunos capítulos a lo largo de la historia. Dicen que la maestría política de sus miembros proviene de la experiencia en conflicto internos de la liga.

Cualquiera puede ser miembro de la liga siempre y cuando su sede y almacenes comerciales radiquen en alguna ciudad bajo control zabario y sea defensor de la civilización y el comercio. No es insólito encontrar entre sus miembros a magos, paladines de Arastu o de otras deidades del comercio, exploradores y pícaros.