Aunque sus tierras son lejanas y es necesario navegar durante semanas para llegar hasta su capital en Valavar, los hirgures son un pueblo con una fuerte presencia en la región. Durante las últimas décadas, algunos de los clanes bárbaros del norte han comenzado a descender con sus embarcaciones de guerra incluso más allá del Gran Cañón de Xerecron para obtener los alimentos y suministros que no consiguen en el gélido norte. Algunos clanes expulsados de sus tierras, bien por otros clanes, bien por bestias salvajes, han terminado por formar pequeñas flotas piratas que sobreviven saqueando convoyes mercantes o asaltando pueblos costeros con una violencia aterradora. Sus miembros, hombres y mujeres curtidos en las tierras salvajes y acostumbrados a la guerra, van equipados con armas toscas pero eficientes y armaduras decoradas con las pieles y los colmillos de las bestias a las que han cazado. Es frecuente encontrar entre ellos mestizos orcos, producto de la convivencia con ellos en los tiempos antiguos y cuya presencia está normalizada en una sociedad que valora los feroces rasgos de la herencia orca. Más extraño es que, en ocasiones, algunos luchadores de otras razas, como hipótidos o dracónidos, se unan a un clan si demuestran una capacidad para luchar a la altura. Los clanes más excéntricos, como los Hijos de Hroth, incorporan incluso a criaturas más salvajes, como ogros o semigigantes.
Los principales objetivos de estos incursores son los pueblos costeros, tanto del ducado de Azur como de la marca de Uskanast, así como las embarcaciones desprotegidas de comerciantes, para hacerse con alimentos para sí y otros recursos preciosos que vender en el próximo puerto. Sin embargo, algunos de estos clanes consideran el robo y el saqueo acciones deshonrosas a ojos de sus ancestros y dioses, y prefieren ganarse la vida como mercenarios, soldados y guardaespaldas, muy valorados por los líderes militares, especialmente en La Garra, que no dudan en incorporar guerreros hirgures a sus flotas y destacamentos en caso de guerra. También adinerados mercaderes han contratado en secreto a algunos clanes hirgur para que ataquen los convoyes de comerciantes rivales.
Por último, algunos hirgures han encontrado en el saqueo de las antiguas ruinas de la región un medio de vida al vender sus saqueos a las cofradías de magos locales. Las bestias y monstruos sin igual a los que se enfrentan en estas incursiones les reportan el respeto de sus iguales y bendiciones de sus ancestros. En ocasiones incluso pueden llegar a retornar a su norte natal para pasar la vejez cubiertos de oro e historias increíbles.