Borona es hoy una creciente ciudad a la orilla del Mar de las Espadas. La ciudad fue colocada estratégicamente a lo largo de la Carretera del Comercio y fortificada por el castillo construido por la duquesa local. Era principalmente una comunidad agrícola, pero el deseo de crecer y ser visto como una alternativa a la ciudad norteña de Aguas Profundas hizo que la ciudad buscara activamente artesanos y herreros. Sus calles no están pavimentadas y los edificios tienen un aspecto destartalado. Sin embargo, los años de desarrollo económico y situación estratégica, han llevado a esta urbe a crecer en vertical, dada su falta de extensión de terreno.