Uriel Altfort, apellidado como todos los Reyes de los Humanos, fue el último monarca de los reinos de la Costa de la Espada.

Al igual que su padre, Uriel continuó desde muy joven con la lucha contra el Imperio Élfico durante gran parte de su vida. Pero su labor no se centró únicamente en temas políticos sino que, de hecho, pasó a la historia con el apelativo de "El Ilustrado" precisamente porque fue un arduo promotor de la cultura y de la lengua común, anteriormente apelada lengua "humana" dado que la mayoría de las tierras de las Grandes colinas hablaban el élfico.

Organizó centros culturales en ciudades tan importantes como Aguas Profundas, y fundó la Escuela de Traductores que se encargaba de traducir y recopilar materiales de todo el mundo. Promovió la creación poética y él mismo escribió composiciones para ofrecer, así, un modelo al resto de autores que quisieran seguirle e imitar su estilo.

Reinó sabiamente y con una organización militar como ningún Rey antes, hasta que fue aparente que los Reinos Humanos, ya no le necesitaban. A sus 36 años, con la creciente fuerza detrás de la Alianza de los Lores y la necesidad de las ciudades humanas de autogobierno, el ahora Rey Emérito abdicó su corona, y, sin herederos directos, abolió la monarquía para dar paso a una nueva era para los Reinos Humanos, que mantuvieron el nombre de "Reinos" como manera de honrar su pasado.