Nacido en algún lugar de las grandes colinas Aikukart Kuchei Tulgar, hijo de Ladris Kuchei y Algoran Tulgar, creció junto a su madre y su pueblo, los Kuchei, alejado de la influencia de su padre. Criado en las enseñanzas y las costumbres Kuchei, los valores como la valentía, la honradez y la disciplina son características notables en su personalidad.
Siempre en busca de nuevo conocimiento su infancia fue alegre y entretenida, disciplinas como la alquimia y la herboristería, no suponían un gran reto, tampoco el entrenamiento marcial.
Ayudar a su madre con recetas y componentes alquímicos y naturales era la norma, ella era quien le enseño todo sobre ese campo y quien le insto a aprender mas y mas, cosa que despertaría interés en un Orco llamado Peque, tiempo mas adelante. Las enseñanzas marciales recaían en Agnuur-Moson, la filosofía y la responsabilidad que hay tras la caza también, la vida fuera de unas murallas hace que conceptos como estos sean mas importantes.
A medida que Aikukart crecía empezó a desarrollar un temperamento mas serio y estricto, algo que hacia recordar a su madre de donde venia la otra mitad de su hijo. Debido a discusiones sobre el origen y paradero sobre su padre, Aikukart abandono su pueblo, cambiando las vistas del horizonte por los muros de Puerta de Balduran bajo la idea de ganarse la vida como Alquimista.
La vida en Puerta de Balduran no es sencilla, pronto entendería las diferencias entre la alta y la baja ciudad y como los patricios y duques eran mas que el resto. Los primeros días los paso en el calabozo debido a un altercado con unos patricios.
Fue una mala primera impresión sobre la ciudad, pero eso no hizo que encontrara un lugar donde ejercer como alquimista, El Alambique de Festule. En el un estricto semielfo puso a prueba las habilidades de Aikukart, examen que aprobó con creces. Con el tiempo Festule Adhuc lo acepto no solo en su tienda, también en su hogar.
Pronto descubriría los clientes que solía tener Festule, un amplio espectro de la sociedad pasaba por la tienda, desde maleantes hasta patricios, buscando todo tipo de pociones y ungüentos. Fue allí donde conoció a Gideon, un amigo de Festule, solía pasarse siempre que pasaba por la cuidad fue quien le presento a Indis una pálida elfa interesada también en la alquimia.
Los años pasaron y Aikukart acabo descubriendo que los proveedores de los suministros alquímicos que alimentaban la tienda eran pasaban por del Gremio. No habían amenazas sobre las vidas de los alquimistas pero se sabia que podían usar otros métodos para que la tienda dejara de ser rentable y esta gente estaba apretando mas y mas.
Una noche Aikukart se forzó, varios días de trabajo sin descanso para terminar la entrega acordada llevaron a que este se quedara dormido y no pudiera atender a uno de los últimos suministros que estaba cocinando, lo que desencadeno en un incendio.
Pasaron varios días hasta que Aikukart recupero la consciencia, maniatado en una sala que no reconocía, solo la cara de Guideon aquel amigo de Festule lo acompañaba. No tardo en explicarle la situación, la tienda había ardido y con ella edificios colindantes, gracias a la lluvia el incendio no llego a mas.
Festule tardo mas tiempo el volver en si, días que se aprovecharon para explicarle a Aikukart su nueva realidad. El había sobrevivido gracias a la perdición del cazador un antiguo ritual al que se le sometió, en sus condiciones ningún otro tratamiento habría funcionado. Su cuerpo completamente quemado se recupero en cuestión de días, aquel ritual le salvo la vida, pero aquella fue una realidad que Aikukart tardo en asimilar.
Aikukart descubrió que aquel lugar se encontraba en un entre piso secreto en la casa de la maestría. Pronto aprendió que no estaba solo, Indis Puertas también era parte de aquel grupo junto con el resto de Hematurgo, una definición que acabo por adoptar.
Entre el variopinto grupo entablo amistad con Valeria mediante el entrenamiento marcial que recibían, por ende también termino por conocer a Candela la cual le enseño lugares de la cuidad que nunca había visto. Con Indis compartía la pasión por la Alquimia y aunque reticente por ser el responsable del incendio, ella consiguió encender una ilusión y curiosidad como la que tenia de niño.
Festule se recupero pero debido a la responsabilidad que se le pedía por parte de la ciudad y el Gremio se decidió que lo mejor era que acompañara a Guideon de vuelta a Elturel. Festule nunca culpo a Aikukart de lo sucedido pero el siempre se culparía de aquel incidente.
El paso del tiempo llevo a Aikukart a completar el entrenamiento que se esperaba de un Hematurgo y recibir así su arma insignia, el dardo con cuerda arma y herramienta que lo acompañaría por el resto de su vida.
Consiguió hacerse un hueco de verdad pasados los meses completando contratos que llegaban al gremio de cazadores, llego a hacerse un pequeño nombre, cosa que llamo la atención de Garmult el dueño del lugar donde estaba establecido aquel grupo y junto a Guideon le presentaron a Halcón. El duque era conocedor de los Hemomantes y la función que llevábamos acabo y se invito a Aikukart a formar parte del grupo que escoltaría al duque hasta Elturel para el 50 aniversario del compañero.
Debido al desenlace que tuvo la ciudad de Elturel, Aikukart volvió a Puerta de Balduran a enfrentar la crisis que sufría la ciudad por parte del clan de los tres muertos desencadenando en la muerte de la duquesa Vanthampur y conociendo a Falaster un agente de Cadelero. Acompañando a este personaje llegaron y viajo a Averno en busca de Guideon, Halcón y Festule.
Una vez en Averno, Aikukart hizo frente al caos originado por la Archiduquesa Azorlontas la pálida, junto con un grupo de aventureros que terminaron por recibir el nombre de La Égida de Elturel. Estos aventureros acompañados por la Almofante Lulu consiguieron redimir a la regente de aquel plano y devolverle el brillo celestial que le había sido otorgado tiempo atrás.
Devolviendo la ciudad de Elturel al plano material y a todos sus habitantes, La Egida ahora disponía de favores por parte del país de Deltfort y Rocfort, ampliando así el gremio de Hematurgos de Balduran mas allá de las murallas de Puerta de Balduran.
En Averno, Aikukart también conoció a Algoran, el que era su padre, para no mucho después perderlo a manos del perro de Azor Haruman. No solo volver a Averno, si no atravesar cada capa hasta Neso si es necesario, es la tarea autoimpuesta que debe cumplir para recuperar el alma de su padre y la de su asesino.