En Averno, el poder de un caudillo se mide por la fuerza y el tamaño de su banda, y por la amenaza que representan sus máquinas de guerra infernales. Cuando un caudillo muerde el polvo, otro se alza inevitablemente para ocupar su lugar. Los actuales caudillos que viajan por los Páramos no son más que los últimos de una larga serie de caudillos que asolan las extensiones de Averno.

Si Zariel (Azor) no estuviera tan ocupada luchando en la Guerra de Sangre, libraría Averno de estas plagas errantes; tal y como están las cosas, se contenta con dejar que los señores de la guerra se aniquilen unos a otros.

Los caudillos conocidos son: